EL MILAGRO ¿ES POSIBLE?

Cuando me propusieron formar parte de las listas de Izquierda Unida no me lo pensé mucho, al fin y al cabo no iba a salir… y si era una buena forma de reivindicar una ubicación propia para el Centro de Adultos perfecto.

Pero después de entrar en dichas listas como independiente, y comenzar a trabajar con mi equipo, empiezo a tener el gusanillo de querer ser yo misma en persona, la que quisiera conseguir ese centro. Pero vuelvo a pensar, para nada, yo no voy salir, eso significaría quintuplicar los votos de la última vez y de la anterior, y de la anterior… y hasta donde yo conozco, que no es mucho, desde siempre.

Y me consuela pensar que mis compañeros van a luchar por ello.

Pero mi mente sigue a lo suyo.

Y pienso que esa no es una situación inamovible, pues no depende del azar, ni de la suerte, ni de la voluntad de Dios, ni de la voluntad de los dioses…,¡depende de nosotros!¡depende de ti, de ti, de ti… y de mí!.

Y por qué no se puede dar el milagro. Al fin y al cabo es un milagro que no depende de la intervención divina. Es un milagro semejante al de “Los Panes y Los Peces”, en dicho Milagro nadie con varita mágica o sin ella, hizo que donde había siete, hubieran cientos, sino que fue un milagro que estuvo en mano de la gente: El Milagro del Compartir. Y eso lo conocemos muy bien precisamente en Adultos, que cuando hay una fiesta con aportación de cada uno, comemos y bebemos todos: el que no lleva, el que lleva poco y el que lleva mucho y además sobra para parar un tren.

Así que, ¿por qué no puede darse el Milagro de la Valentía, de perder el miedo al cambio, de dar la voz a la “minoría” de votar a las personas que conocemos y en las cuales creemos por encima de las ideologías?.

No se trata del milagro de multiplicar votos porque tendríamos un grave problema de fraude. Se trataría del Milagro de abrir los ojos para descubrir la honestidad, se trataría del Milagro de abrir la mente para votar a las personas por encima de posturas ideológicas, se trataría del Milagro de la confianza en una alternativa a lo ya archiconocido , se trataría del Milagro de la fe en uno mismo, donde mi opción no va a beneficiar a quienes yo no quiero sino a quienes quiero…

Y entonces llega el pánico. No,... si al final sí voy a salir.